Existen distintos tipos de virus del papiloma humano, algunos con tendencia a producir verrugas en manos y pies, sobre todo, y otros causando lesiones genitales (verrugas venéreas o condilomas acuminados).
La piel actúa como barrera natural frente a este tipo de infecciones, aunque pequeñas fisuras en su superficie pueden desembocar en su aparición. Es muy frecuente que aparezcan en pieles inmaduras infantiles, en las que la inmunidad aún no está lo suficientemente preparada para controlar la propagación del virus, al igual que aparece sobre todo en personas que sufren repetidas agresiones en la piel, en las que se pierde parte de la barrera cutánea natural, como son personas que trabajan en ambientes húmedos y se mojan mucho las manos, mecánicos, etc. Pueden aparecer en cualquier lugar de la superficie cutánea, aunque suelen localizarse en palmas de manos, dedos y alrededor de las uñas y la planta de los pies. Son lesiones benignas aunque es conveniente tratarlas, ya que al tratarse de un proceso infeccioso pueden contagiarse a otras localizaciones u otras personas.
La medida más sencilla, segura y eficaz para su tratamiento es la crioterapia, en la que utilizamos nitrógeno líquido, con lo que conseguimos congelarlas y eliminar el tejido enfermo.
¿Son contagiosas las verrugas víricas de manos y pies?
Sí, aunque como en todas las enfermedades suele haber un factor de predisposición que da lugar a que haya personas más susceptibles que otras a padecerlas. Un ejemplo claro de contagio lo observamos en la presencia de verrugas múltiples periungueales en personas que tienen el hábito de morderse la uñas.
Se aconseja evitar ir descalzo en casa y tener cuidado en piscinas y vestuarios para las lesiones en pies y no compartir toallas y pañuelos en verrugas de las manos. Desinfección de bañeras y duchas.
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