El peeling es uno de los tratamientos estéticos más demandados por su versatilidad, sencillez de aplicación, efecto flash y rápida recuperación.
¿Qué diferencias existen entre los distintos tipos de peelings?
El concepto de peeling sólo hace referencia a la exfoliación controlada de la piel tras la aplicación de una sustancia, por lo que es un término muy genérico. Desde un punto de vista médico, diferenciamos los distintos tipos de peeling en función de la profundidad que alcanzan en la piel. Se clasifican en superficiales, medios y profundos, teniendo alguno de ellos características mixtas. Estas propiedades dependen de la sustancia empleada, la concentración a la que se encuentre, el número de pases aplicados y el tiempo de contacto con la piel.
¿Cuáles son las principales indicaciones del peeling?
Se utilizan para corregir algún defecto en la superficie cutánea o para mejorar y mantener en perfectas condiciones la piel sana.
El peeling superficial se utiliza en pieles jóvenes, que no precisan de importantes transformaciones, para revitalizar la piel afectada previamente por el acné o para prevenir los primeros signos del envejecimiento cutáneo. También tienen una importante utilidad para corregir las alteraciones de la pigmentación, como el melasma. En este caso, se utilizan sustancias que disminuyen el exceso de melanina más que otras que eliminan las capas superficiales de la piel.
Los peelings medio y profundo suelen estar más indicados en procesos en los que la piel está más dañada, como cicatrices más profundas de acné, o en pieles adultas con arrugas, manchas solares y otros signos de envejecimiento.
Tanto unos como otros, los peelings, suelen formar parte de diferentes protocolos cosméticos. Son un complemento ideal a la rutina cosmética realizada en casa y como mantenimiento de casi cualquier tratamiento estético realizado en la consulta médica.
¿Cómo se realiza el tratamiento y cómo son los días posteriores?
El peeling se realiza en consulta. Dependiendo del tipo y profundidad, en ocasiones, es necesaria una preparación los días anteriores a su aplicación. De esta manera se consiguen mejores resultados, ya que la piel está “acostumbrada” a los propios componentes del peeling que se va a utilizar.
Es un procedimiento sencillo en el que se aplican una o varias capas del producto durante un tiempo determinado. Puede producir cierto escozor durante su aplicación, pero es transitorio y no precisa de aplicación de anestesia. Posteriormente se recomienda una correcta hidratación cutánea y fotoprotección solar.
La evolución de la piel tras el peeling depende en gran medida del tipo de tratamiento empleado. Existen peelings con efecto flash inmediato, pensados para determinados eventos como bodas, en los que la piel se encuentra en perfecto estado tras el tratamiento. Otros más profundos se acompañan de cierto enrojecimiento y descamación los días posteriores.
Para cualquier duda solicita consulta con la Unidad de Dermatología