¿Qué diferencias hay entre la Luz Pulsada Intensa (IPL) y el Láser?
Son sistemas similares, ya que ambos utilizan la luz como fuente de tratamiento para la piel. La principal diferencia se encuentra en que los sistemas IPL filtran la luz en un rango determinado de longitudes de onda, mientas que el láser utiliza un solo punto de dicha longitud de onda. Esta sutil pero importante diferencia hace que la IPL sea algo menos selectiva que el láser. Este defecto se transforma en virtud cuando lo que buscamos es actuar sobre diferentes dianas cutáneas al mismo tiempo.
Por tanto ante la pregunta frecuente: ¿cuál es mejor la IPL o el láser? La respuesta es clara, depende de para qué y en la mayoría de las ocasiones lo mejor será utilizar ambas.
¿Cuáles son las principales indicaciones de la Luz Pulsada Intensa?
La IPL tanto si se utiliza como tratamiento único o en combinación con sistemas láser se puede emplear para diferentes problemas médicos y estéticos:
- Fotodepilación
- Eliminación de manchas (léntigos solares, efélides, manchas café con leche y otras alteraciones de la pigmentación)
- Lesiones vasculares (angiomas, rosácea, arañas vasculares, cicatrices, malformaciones vasculares, poiquilodermia)
- Fotorrejuvenecimiento cutáneo (cara, escote, dorso de manos y otras zonas que puedan haber estado expuestas al sol de forma crónica)
¿En qué consiste el tratamiento?
Los tratamientos IPL son rápidos y generan mínimas molestias durante su realización. Se llevan a cabo en la Clínica y no precisan de anestesia de la zona.
Comenzamos limpiando la piel que va a ser tratada para retirar restos de cremas, maquillajes, fotoprotectores o cualquier producto que pueda permanecer de aplicaciones previas. Posteriormente se utiliza una fina capa de gel transparente en la zona, que disipa parcialmente el calor que genera la IPL, pero permitiendo el paso de la luz necesaria para corregir el problema que deseamos tratar.
El tratamiento puede aplicarse tanto en zonas localizadas (manchas, arañas vasculares..), como en amplias áreas de piel para homogeneizar el tono, mejorar su textura y corregir los alteraciones producidas en el proceso de fotoenvejecimiento cutáneo.
Al finalizar el tratamiento, la piel puede quedar ligeramente eritematosa (enrojecida) de forma transitoria y las manchas pueden acentuarse durante unos pocos días, para posteriormente ir desapareciendo. Con este tratamiento no se producen daños directos en la piel, como heridas o costras, por lo que es posible continuar con la vida diaria habitual y seguir utilizando los productos cosméticos propios. Incluso, se puede utilizar maquillaje en el área tratada para disminuir la visibilidad de estas zonas que transitoriamente puedan aparecer algo más oscuras.
La gran versatilidad de los sistemas IPL supone la necesidad de ser manejados por manos profesionales y expertas para evitar tratamientos incorrectos y poco seguros. Los sistemas IPL suponen un complemento ideal junto al resto de tratamientos láser que utilizamos habitualmente.
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