Hoy en día existe un arsenal terapéutico médico muy amplio para paliar el problema que supone la hiperhidrosis. No es necesario convivir con una situación que nos angustia si existe la posibilidad de realizar tratamientos, muchos de ellos sencillos, que obtienen resultados satisfactorios y duraderos.
¿Qué tratamientos se utilizan para la hiperhidrosis?
- Antitranspirantes: probablemente el tratamiento más conocido y utilizado por las personas que padecen de hiperhidrosis. Actúan mediante el bloqueo de las glándulas sudoríparas de las zonas sobre las que se aplica. En muchas ocasiones son considerados como poco efectivo e irritantes, pero usados correctamente pueden ser un elemento terapéutico muy útil, sólo o combinado con el resto de tratamientos.
- Anticolinérgicos: medicamentos que regulan la producción glandular. Son fármacos antiguos utilizados para el tratamiento de la incontinencia urinaria y que se han mostrado también útiles en determinados casos de hiperhidrosis.
- Iontoforesis: aparatos de intercambio iónico que también son capaces de regular la producción de sudor. Algunos pacientes pueden beneficiarse de su uso refiriendo buenos resultados con una o dos aplicaciones a la semana.
- Bótox: ha supuesto una revolución en el tratamiento de la hiperhidrosis. Consigue remisiones de hasta 12 meses en la sudoración de los pacientes. Es un tratamiento rápido, seguro y que puede utilizarse en varias regiones como las axilas o las manos.
- Cirugía: en casos graves, y generalmente como último escalón, se practica una cirugía ganglionar que corrige selectivamente la sudoración de las zonas problema.
¿En qué consiste el tratamiento con bótox para la hiperhidrosis?
La toxina botulínica es hoy en día uno de los tratamientos de elección de la hiperhidrosis, sobre todo en la localización axilar. Es capaz de evitar la liberación de un mediador (acetilcolina) necesario para la secreción de sudor.
En un primer momento se prepara la zona a tratar delimitando cuales son las áreas donde la hiperhidrosis es más intensa. Para ello, en muchas ocasiones, nos valemos del test de Minor que nos muestra de color azulado las zonas en las en que la hiperhidrosis es más intensa. Posteriormente se realizar microinyecciones repartidas por todo este territorio. La duración del procedimiento no excede los 20-30 minutos y no precisa de anestesia local.
A los pocos días los efectos empiezan a hacerse evidentes. En el 90 % de los casos los pacientes refieren una disminución evidente o completa de la sudoración en estas zonas. La media de duración de los efectos es de unos 7 meses, alcanzando los 10-12 meses en un importante número de ellos. La mayoría de los pacientes sólo realizan un tratamiento al año, generalmente cuando comienzan los meses de más calor.
Tras el tratamiento el paciente puede continuar con su vida habitual. Sin duda es uno de los tratamientos dermatológicos más efectivos y agradecidos para los pacientes.
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